Sanar…

Sanar para nosotros es transformar las complejas causas del proceso de enfermedad, es llevar mi vida a otro nivel, y expresar de mi mismo nuevas maneras, creativas, que me saquen de un proceso de estancamiento, o de debilidad, o de minusvalía.

Sanar trasciende el aspecto material y efímero, corporal, le da sentido y propósito a la experiencia que vivo. Sanar es aceptar lo que tengo y lo que hay, y transformarlo en oro.

Sanar es entonces sacar lo mejor de mi en esta circunstancia, ser mejor persona, e impulsar a familiares y allegados a dar también lo mejor de ellos, sanar es una oportunidad evolutiva, que tomo o dejo, que tomamos juntos o dejamos juntos. Así como hay medicinas individuales (o medidas terapéuticas que asumo de manera individual), las hay sociales y familiares, y no podemos sanar en plenitud sino sanamos juntos. Así como no hay consciencia sin sociedad y cultura, ni culturas sin individuos, así como no existe el yo ajeno al tú o al nosotros, así ocurre con el proceso de sanación.

Nos hemos ocupado de avanzar en diferentes formas de tratar el dolor, calmarlo, quitarlo, cortar lo malo o enfermo, nos hemos ocupado con mucho dinero e inversión en generar analgésicos más potentes y efectivos, con menos efectos adversos o indeseables. Nos ocupamos mucho de estar cómodos, de esforzarnos lo menos posible, ya no tenemos que salir de un cuarto con una computadora para hacer solicitudes, pagar cuentas, trabajar y pedir un acompañante nocturno. Hemos trabajado duro para tener a la mano “cosas” para calmar angustias y carencias como el azúcar o los postres, alcohol, tabaco, drogas, ropa, y todo lo que se te ocurra. En general esto no sana nada ni satisface de manera profunda, solo tapa y oculta, niega y rechaza lo que pueda implicar que tengo que cambiar actitudes y hábitos, satisface necesidades temporalmente para después volver a consumir y comprar y seguir sosteniendo la carencia y por ende la dependencia con el bien de consumo. Solemos evadir a través del consumo la responsabilidad sobre lo que nos pasa, sobre nuestra
enfermedad o síntomas y nuestra disposición a transformarnos. Nuestro bienestar depende del otro o de eso otro que consumo, y si bien es cierto en parte, vivirlo solo así fortalece la externalización de la responsabilidad y por lo tanto, la pérdida del empoderamiento personal.

Recuperando la vida

Recuperando la Vida con mi amigo el Dr. Gabriel Bertona, un médico poco convencional. Gabriel nos platica su camino de sanador integral, con tantas escuelas como medicina académica en la UNAM, Programación Neurolingüística, Medicina China, Herbolaría, Biomagnetismo, Danzante del Sol, Yoga y Qi Gong ante otras.

Mas que Doctor, Gabriel es un revolucionario de la autonomía y responsabilidad de cada uno de nosotros para cambiar no solo nuestra salud dentro y fuera de la piel, sino también a nuestras comunidades y así dando esperanza al camino de la paz. Platicamos de la cultura de la irresponsabilidad, el mercado que vende fantasías, las enfermedades que podemos evadir siendo conscientes de nuestros hábitos, y de cómo ir construyendo la posibilidad de ser libres y autónomos- que aunque todos nacemos con este regalo, aun así se tiene que construir. Gracias Gabriel por compartir tu tiempo, pasión y luz con nosotros.

Que lo disfruten y que sea de beneficio a todos los seres que escuchen. Aquí les dejo la pagina de Gabriel https://www.gabrielbertona.com y también lo pueden seguir en Instagram @gabriel.bertona y revisar sus contenidos en https://sanantes.org/