EL SÍNTOMA SOCIAL… arde por todos lados y es una incesante llamada de atención. ¿Haremos caso omiso o seguiremos asumiendo creativos rumbos sanadores?
Hablar de la sociedad y sus enfermedades me es especialmente difícil, y quizás no lo fuera tanto para un sociólogo o antropólogo, pero voy a intentar extrapolar aspectos de la situación social a la situación de salud pública actual. Como todo análisis y reflexión global va a carecer de cabalidad particular, pero sirve como una guía y una intrusiva invitación a sanar desde el nivel más intimo y familiar esta hoy, alertada condición, como el Popocatepetl, en Alerta amarilla fase II: “no se acerque puede exhalar lava ardiente y acabar con la vida a su paso”
Los planteos analógicos siguientes están sustentados en la simultaneidad biología – sociedad/cultura – vida anímica[1] como un todo que se impulsa, se crea y se sostiene en sus diferentes manifestaciones. La consciencia, la homeostasis básica y la homeostasis sociocultural como reguladores de la vida. En el cuerpo humano tenemos medios de comunicación (el lenguaje, la voz interior, la consciencia corporal), secretaría de relaciones exteriores (los sentidos), secretaría de economía y tesorería (reserva biológica, glucógeno, oxigenación, vitalidad), seguridad pública (sistema inmunológico), universidades (aprendizaje motriz y cognitivo, memoria) y servicios de administración de recursos y desechos ambientales (hígado, intestino grueso, piel, riñones). Hay, como no podía ser de otra manera, una relación análoga y equivalente entre sociedad y cultura y el impulso y el valor biológico, las células y las funciones orgánicas – anímicas. ¿Acaso no es el proceso vital o biológico el sustento para todo lo demás?
El modelo sociocultural es una extrapolación del modelo biológico a veces “mal” entendido [2], y otras favorecedor de la vida. He ahí la salud y la enfermedad, formas de vida saludables y vitalizantes, y otras desgastantes y enfermizas, danzando juntas.
El crecimiento del consumismo y la obesidad – caso China, Brasil y otros similares.
Es una pareja repetitiva e inseparable de nuestros tiempos que el desarrollo económico se acompañe de aumento en el consumo de azúcar y harinas refinadas, de alimentos de origen animal, comida chatarra y enfermedades cardiocirculatorias, cáncer, degeneración y desgaste articular (artrosis, osteoporosis), neurológica y obesidad.
Hay mucho que puedo decir sobre esto, remítanse por un lado al artículo sobre la obesidad y el sobrepeso[3] y por otro, al resultado directo de los cambios en la producción de alimentos, en la conveniencia de alimentos altos en carbohidratos, lípidos y compuestos adictivos para favorecer a la industria y así impulsar el “desarrollo económico” y la desnutrición (obesidad es desnutrición muchas veces)[4] que acarrea desarrollo de nuevas enfermedades, desarrollo de una sociedad autista, mecánica, poco consciente y poco creativa y en términos de la obesidad y sus analogías, la necesidad compulsiva de atesorar poder, riquezas y seguridad, necesidad que nos sume cada vez más en el deterioro de los recursos ecológicos y de las relaciones entre seres humanos, culturas y naturaleza. Esto mismo en términos del cáncer[5] y también de otras enfermedades mencionadas (sistema locomotor, desgaste, hipertensión arterial)
Claro está por otro lado, la reaparición y enriquecimiento de modelos sustentables, ecológicos, formas de vinculación con la naturaleza más amables, respetuosos, y formas de vivir más fisiológicas o naturalistas (modelos amables, respetuosos y fisiológicos en el sentido del término taoista wu wei: no forzar, no manipular, no torcer para no estropear ni enfermar, y favorecer el impulso vital armonioso, con base en el respeto a la vida y su equilibrio. Quien respeta estos principios nada le falta ni adolece)
Alertas ecológicas y privatización del agua.
Desde 1972 a la fecha hemos exterminado más del 50% de las especies animales (https://m.eleconomista.mx/entretenimiento/2014/09/30/hemos-exterminado-mas-mitad-las-especies-animales) y vegetales del planeta (*¿alguien necesita más alerta que esa?) y son claras la contaminación ambiental, la disminución de los mantos acuíferos por uso excesivo, los asentamientos humanos irresponsables y exterminadores, la explotación minera contaminante y abusiva y muchas otras alertas que seguramente conocerán. Ésta clara relación de nuestros sistemas voraces económicos neoliberalistas pretendiendo vendernos hasta el agua y privatizarla, comprando reservas y distribuyendo el agua a las clases sociales privilegiadas y discriminando por raza y acceso económico son claros ejemplos de la “locura” de este sistema en el que vivimos y al cual sostenemos.
¿Tendrá eso una equivalencia directa con las enfermedades neurodegenerativas, con la artrosis, con el cáncer y muchas otras?
Estamos acabando con el mundo biológico y su diversidad, y en esa misma medida con la creatividad y la vitalidad en nosotros, se reduce la capacidad de distribución de sangre y energía, el movimiento y la flexibilidad, y el cuerpo enferma… la voracidad por tener y acumular, por correr y hacer sin sentido o propósito existencial, por cuidarnos desde la construcción de murallas y distancias – vivir en el miedo y la defensa, por estar “seguros” – vivimos en una sensación de desamparo y en hiperalertamiento, queremos garantías y aumenta la necesidad de controlar todo como una defensa lógica, perdiendo la espontaneidad y la fluidez, la compulsión por protegernos nos termina matando y minando la alegría. También está claro, que esto nos desgasta, nos llena de fibrosis y artrosis, de insomnio, vivimos contracturados y con dolores, y el miedo nos enferma, el sistema inmune se deprime y la vida se agota.
Desprestigio alevoso de la clase política, narcotráfico, delincuencia y anarquismo de la consciencia.
¿Cuál podría ser la relación entre corrupción y delincuencia, impunidad, malversación de recursos sociales, privilegios a grandes empresas en detrimento del bien social, servicios de salud privados, educación privada y accesible para pocos y la enfermedad?
El caso de la maldad: si hablamos de maldad intrínseca nos metemos en un universo sin salida, en una actitud frente a la vida desoladora y poco propicia para sanar nada. Por eso elijo otra visión… la delincuencia no es más que una enfermedad, la enfermedad de la miseria (y no me refiero a la escases de dinero), de la competencia, del abuso, de los maltratos, de la sobrevivencia en un mundo miserable en su concepción (o sea, relativo a la interpretación según el observador, frente a la misma realidad alguien puede advertir un milagro y una hermosa oportunidad y la persona de al lado, un infierno desolador, ¿qué actitud eliges para ti?), en donde se muestra la sombra y la plasmación de una posición frente a la vida incompatible, que termina autodestruyéndose. Lo que va en contra de la vida, enferma y muere. Se pudre, vuelve a la Tierra, para que el ciclo se vuelva a Realizar.
La delincuencia, la perversidad y la sobrevivencia a costa del bienestar de otros podríamos ponerlas en el ámbito psiquiátrico… sociopatías, psicosis, bipolaridad, demencia, autismo, depresión, drogadicción y otras adicciones (aceptadas socialmente, tabaco, alcohol, harinas refinadas, compras, pornografía). También en el ámbito de las enfermedades autoinmunes. Es importante aclarar que esto no significa para nada que el enfermo sea un delincuente o un político abusivo o ninguno de estos, la somatización individual no tiene porque ser directa, es como yo puedo asimilar y asumo en mi fuero interno y muchas veces inconsciente, aportar al proceso evolutivo global. Como he dicho muchas veces, un enfermedad nunca es solo individual, y el enfermo es un emergente de su realidad mayor, en donde está inserto y tiene un propósito, impulsar el desarrollo hacia la vida.
¿Acaso no es el político un padre que da dobles mensajes y es psicotizante – enloquecedor? Te digo que quiero lo mejor para ti, me votas porque trabajo para el bien social y luego hago todo lo contrario… ¿A quién no enloquece eso?
¿Cuántos somos los que no queremos ver, los que no nos podemos mirar a los ojos, a los que la realidad se nos hace inadmisible, los que nos encerramos en nuestras realidades propias y fantaseosas y que vivimos infiernos personales? ¿Acaso no son enfermedades sociales? ¿O seguiremos creyendo que son cosas de algún que otro loco que hay que apartar y encerrar (cuando no matar) para que no nos estorbe?
Necesitamos soltar el control de la consciencia y darle riendas sueltas en el amor… así crearemos realidades amables y no destructivas.
Cuba en la “Cumbre de Las Américas” y el descaro estadounidense sobre los derechos humanos… el lobo vestido de cordero con el traje rasgado: el terrorismo.
Una visión ampliada y enriquecida, psicológica y no fantaseosa e infantil de los problemas sociales es urgente. Creer que los “malos del cuento” son los terroristas musulmanes es un intento imperialista y poco reflexivo de meternos otra vez en los cuentos de hadas. Los sistemas reaccionan y se autogestionan, intentan sanar y se autoregulan, el terrorismo de un lado es resultado del terrorismo del otro lado, los buenos no son tan buenos, ni los malos tan malos.
El control abusivo, impositivo y armamenticio de los Estados potencias económicas y guerrilleras del mundo no es menos terrorista (generador de terror, impulsor del miedo, sosteniendo una sociedad machista destructiva) que las bombas humanas y los atentados contra la dignidad humana generados por sectas musulmanas o del origen étnico que sean. Éstas son dos fuerzas que se necesitan y se autoimpulsan una a la otra, danzan juntas el mismo juego. Los malos necesitan a los buenos para tener sentido, y la víctima y el supuesto bueno, necesita del malo para tener sentido y erigirse como tal.
Analogías: Terrorismo corporal – autolaceraciones, adicciones, boicot a la felicidad por autodesprecio, preferir el miedo y la seguridad a la libertad y la creatividad. Colitis, úlceras gástricas, infarto al miocardio, hemorragias cerebrales. Psoriasis. Alergias graves, fulminantes.
Necesitamos dejar de sostener las batallas, las guerras, la justificación del uso de las armas (en los fueros internos y en los fueros externos), de los Estados que matan en nombre del bienestar, o en nombre de lo que sea. Si queremos cambiar el rumbo y dejar de destruirnos y crecer y dirigirnos hacia la Realización Espiritual de la Humanidad y la Vida Toda.
La guerra como mecanismo estatal y fuerza de control: ¿más grandes murallas chinas y portación de armas de fuego en los hogares?
El colmo o extremo de esto, lo muestran los estadounidenses donde pelean por el derecho a portar armas de fuego en los hogares, la muerte por armas de fuego es muy frecuente y justificada, o el uso de las armas de las sociedades de medio oriente para matar al malo para ellos, simbolizado por los estodounidenses o los judíos, y a los niños se los educa, en ambos lados de la historia, para justificar el uso de las armas y la guerra. ¡También vivimos guerras corporales!
Me sumo a la Declaración de Sevilla de 1986 donde científicos de varias disciplinas en relación a la evidencia científica actual declaran: “la biología no condena a la humanidad a la guerra… la misma especie que ha inventado la guerra también es capaz de inventar la paz”, y nos invitan a realizar las transformaciones necesarias desde la responsabilidad individual y colectiva[6].
Hemos llegado o seguimos viviendo en el colmo de los colmos, las viejas historias y los viejos modelos se siguen repitiendo, a pesar del desarrollo de nuestra civilización en derechos humanos y dignidad de la diversidad, en libre expresión de las ideas y la reivindicación social de la mujer, entre muchos otros.
Analogías: Infecciones[7], sepsis, enfermedades autoinmunológicas, alergias, procesos autodestructivos e inflamatorios. Violencia de pareja, de familia, violencia social. Abuso sexual y violaciones. Autodesprecio y autodestrucción: anorexia y bulimia, obesidad, depresión, suicidio, adicciones.
El crecimiento económico basado en la mano de obra barata, y el vacío de consciencia de libre empoderamiento.
Victimismo, decadencia de la dignidad humana, borreguismo social y analfabetismo funcional[8]
La fórmula aparentemente exitosa de crecer económicamente es la mano de obra barata, lo cual es terrible en otros sentidos. Eso tiene consecuencias devastadoras para la educación, la libertad de expresión y la plenitud del desarrollo humano, en detrimento de los recursos ecológicos (que no son recursos, son el sostén de la vida en la Tierra)
Necesitamos favorecer procesos o modelos de crecimiento basados en el libre empoderamiento, en la plenitud del Ser.
Analogías: esto me lleva directamente a pensar en el consumismo farmacológico, en la búsqueda de “salvadores” o “curanderos milagrosos”, la salud viene de afuera y la enfermedad también, por lo tanto el poder lo tiene otro y la sociedad se sumerge en ciclos de victimismo difíciles de revertir. La única manera de caminar hacia la salud y la autonomía es favorecer y devolver a la Humanidad el poder que le Es Propio.
Del machismo a la venganza feminista y la lucha por el poder del género.
Acá cabe la analogía de los problemas de rol de género, el machismo y su contrapartida con la misma actitud, el feminismo extremado, que es lo mismo pero disfrazado y los trastornos de la sexualidad y la reproducción.
Necesitamos aprender a danzar, a reconocer y valorar las diferencias, a asumir la plenitud y la integración de las diferencias, en una danza armónica y amorosa. No estoy diciendo que sea fácil, pero sí que es posible y hermoso.
Analogías: Anorgasmia, disfunción eréctil, divorcios y conflictos de pareja, violencia intrafamiliar, violencia estatal, violencia internacional. Primero los malos son los azules, ahora los rojos, y así nos vamos de un extremo del péndulo al otro, seguimos atrapados en el mismo juego.
Todas las analogías aquí planteadas no son para nada absolutas o rígidas, son propuestas reflexivas para poder movernos hacia la sanación, en una postura de sanar juntos, que creo que es la única manera de sanar de raíz.
Dr. Gabriel Oscar Bertona Chiaraviglio
El Síntoma y su Función IV
Marzo / Abril 2015
[1] Antonio Damasio “Y el cerebro creó al hombre. ¿Cómo pudo el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?”, Ediciones Destino, 2010, España.
[2] Vamos creando el modelo, vamos extrapolando aspectos, vamos manifestando y tomando consciencia, esto es dinámico y no absolutista, el modelo no está terminado y no creo que eso pueda suceder. “Mal” entendido no desde un juicio de valor, sino desde la relación entre el modelo (por ejemplo: el consumo de alcohol en exceso como una forma de vincularnos y reír, validado culturalmente) y las consecuencias (la alta tasa de enfermedades cerebrales, hepáticas, disfunción de pareja y de familia, endeudamientos, evasión de conflictos y por lo tanto postergación de las soluciones, etc.)
[3] La Obesidad… Mecanismo De Defensa Biológico Y Psicológico. Una Visión Integral Y Estrategias De Tratamiento. https://elsintomaysufuncion.com/?page_id=336
[4] De este modelo en la manera de desarrollarnos que hemos elegido en relación a los resultados inmediatos de enriquecimiento y a su vez mayor detrimento en otros sentidos. Nuestro modelo social de desarrollo tiene altos costos para la vida, a veces, hasta irreparables en lo inmediato.
[5] Cáncer… Un Claro Desafío Social, Una Oportunidad De Cambio Y Una Devastadora Amenaza. https://elsintomaysufuncion.com/?page_id=271
[6] Jairo Muñoz Delgado, José Luis Díaz y Carlos Moreno B. “Agresión y violencia. Cerebro, comportamiento y bioética” Editorial Herder, México, 2010.
[7]INFECCIONES – conflictos que por no asumirlos desde la consciencia se viven en el cuerpo… https://elsintomaysufuncion.com/?page_id=131
[8] https://es.m.wikipedia.org/wiki/Analfabetismo_funcional