La Obesidad… mecanismo de defensa biológico y psicológico. Una visión integral y estrategias de tratamiento

La obesidad, mecanismo de defensa biológico y psicológico. Una visión integral. (Haz click aquí para verla presentación: La obesidad,)

El sobrepeso y la obesidad:

mecanismos de defensa psicológico y biológico,

atesorar y sobrevivir, calmar la angustia y forzar la pertenencia.

Voy a tratar de presentar un panorama reflexivo diverso sobre este tema que hoy día es una franca pandemia, con consecuencias nocivas en la salud y la calidad de vida de nuestra gente.

 

En el texto hago preguntas que contesto (no pretendiendo dar respuestas absolutas ni finales, sino reflexivas para elaborar nuevas respuestas y preguntas a su vez), y les sugiero que las respondan para sí mismos, tengan o no sobrepeso u obesidad, o algún otro trastorno alimentario, ya que todos somos responsables por la realidad social.

 

Mientras el ser humano se aísla, se defiende, se asegura el soportar y trascender los períodos de escases, y necesita ahogar angustia o pérdida de sentido…

 

Mientras la dieta de los pobres es distinta a la dieta de los ricos, y los alimentos entran en un mercado despiadado, ya no importa si nutre, si importa si se vende, ya no importa si nos vincula, si importa si es rápido…

 

No comemos solo nutrientes, comemos sentidos, adaptados al acceso… como lo que “me gusta” como una construcción inconsciente, social, simbólica e imaginaria.

 

La célula es bombardeada por glucosa, ácidos y toxinas, frente a inmovilidad y parálisis

 

Salud Social

ž Mil millones de adultos tienen sobrepeso. Si no se actúa, esta cifra superará los 1500 millones en 2015

ž En el mundo hay más de 42 millones de menores de cinco años con sobrepeso

ž El 44% de los casos mundiales de diabetes, el 23% de cardiopatía isquémica y el 7–41% de determinados cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.

ž La obesidad es contagiosa socialmente[1] (mayor riesgo para los vínculos más cercanos – Framingham Heart Study)

 

Co-morbilidades (o sea, enfermedades conjuntas o consecuencias de la obesidad)

ž Enfermedad cardiovascular – hipertensión arterial, infartos, arritmias, embolias, insuficiencia cardíaca

ž Enfermedad metabólica – dislipidemias o aumentos de las grasas en sangre, hiperglucemia o aumento de la glucosa, hiperuricemia o aumento del ácido úrico y mayor propensión a enfermedades inflamatorias articulares.

ž Artrosis o degeneración de las rodillas y otras articulaciones, principalmente de columna,

ž Insuficiencia respiratoria y apnea del sueño e hipoxia (los pulmones por sobrecarga se distienden poco y esto genera poca oxigenación corporal con consecuencias degenerativas en todo el organismo),

ž Trastornos hormonales: ovarios poliquísticos u otros trastornos menstruales, disfunción eréctil, infertilidad,

ž Hígado graso (esteatosis hepática) y acumulación de grasa en otros órganos y vísceras,

ž Úlceras gástricas, reflujo gastroesofágico o agruras,

ž e Insuficiencia renal crónica (funcionamiento deficiente de los riñones)

ž Cáncer y Diabetes Mellitus tipo 2.

ž Várices, estrías, dermatitis, linfedema,

ž parto pretérmino, más cesáreas, niños macrosómicos (de más de 4 kg al nacer, haciéndolos más vulnerables al desarrollo de obesidad y diabetes)

ž Trastornos psicológicos secundarios, entre otros.

 

Revisión clásica y angosta de la obesidad: el consumo calórico y el gasto en desbalance

 

Según una definición de la OMS la obesidad es el consumo exagerado de calorías frente a un pobre o deficiente gasto energético (por el sedentarismo (no hacer ejercicio), las facilidades de los transportes, los trabajos en casa, los subsidios al desempleo, las herencias que me financian mis adicciones y mi inmovilidad, la “ley del mínimo esfuerzo” y el rechazo a todo lo que me saque de mis zonas de confort y comodidad, etc.), en donde el cuerpo genera mayores reservas por el excedente. Si bien es una posición válida, también es parcial. Faltan muchos factores por considerar, ya que entorno a esto mucha gente a pasado y sigue pasando por dietas hambrientas que solo profundizan la problemática.

 

Obviamente la obesidad (y la diabetes, la hipertensión, el cáncer, etc.) está directa y estrechamente relacionada con lo que hemos consumido los últimos años, y con la industria alimentaria, las formas de producción y los aditivos alimentarios.

 

EU y el desorbitante consumo de harinas refinadas, azúcar refinado, jarabe de alta fructuosa, frituras y grasas, productos de origen animal, aceites industrializados, lácteos industrializados, conservadores, aditivos, colorantes, edulcorantes, comida chatarra, etc., son una clara evidencia de como podemos enfermar por una alimentación inconsciente. México y el mundo no se quedan atrás, la industria globalizada y neoliberal centrada en la acumulación de dinero y poder ha contribuido a enfermar a la humanidad, que en vez de asumir su poder y sus decisiones, habitualmente las delega a los medios, la cultura y la inercia.

 

Revision social y cultural: la antropología del comer y como se construye el gusto.

 

¿Qué significa comer?

Comemos para calmar angustias, para reducir el estrés, para obtener placer (por eso necesito ocuparme de sentir placer a través de otras vías, porque sino seguiré recurriendo a los alimentos más grasosos y calóricos, endorfínicos y enajenantes), para pertenecer a mi grupo, convivir y comunicarnos, para obtener energía y compuestos estructurales para nuestra biología. Comemos para evadir resolver nuestros conflictos, para evadir nuestros miedos, para corresponder con roles y expectativas, porque así me enseñaron, comemos para defendernos de las agresiones de otros, para ser “fea” y que los hombres no me hablen ni me busquen, para ser “linda”, reconocida y aceptada por los demás, llegando a los extremos autodestructivos de la anorexia y la bulimia, etc.

 

¿Cómo se construye el gusto?

El gusto se construye desde el vientre materno por los alimentos que consumió mi madre y el paso de esas sustancias por la placenta al feto, y mi madre consumía los alimentos que podía, se construye en relación al ingreso y al hábito.[2]

 

El gusto a su vez define o se utiliza para definir mi personalidad, o sea, que me identifico con mis gustos, al grado de sentir que “soy mis gustos”, y eso termina muchas veces convirtiéndose en una barrera para el cambio.

 

El gusto se construye por los medios de comunicación y el bombardeo publicitario, por las modas y lo que socialmente es valorado o reconocido, lo simbólico, y mi necesidad de aceptación, reconocimiento y realización a través del grupo o de los demás, me pierdo en el grupo y no asumo mi propia historia personal.

 

El gusto es una manera de pertenecer… a “nosotros nos gusta” o “a mi no me gusta lo que les gusta a ellos”, y esto de manera inconsciente también puede condicionar la posibilidad de elegir gustos o hábitos distintos.

 

¿Por qué siempre comemos lo mismo?

Se han hecho estudios en diversas culturas del mundo, y cada vez, en torno a la globalización, los seres humanos comemos más lo mismo y vamos perdiendo diversidad, creatividad y presencia consciente en el acto de comer. Esto es parte de los mecanicismos o automatismos inconscientes y del problema en sí mismo, porque aunque estemos obesos o rebosantes de cantidad de calorías, estamos más desnutridos, enfermos y desvitalizados.

 

Comemos lo que se puede, lo que se vende, lo que genera ganancias, lo que me calma, lo que conviene a la industria, lo que puedo pagar, lo que tengo a la mano. No sabemos qué comemos, qué contiene ni de dónde viene. Alimentos sin historia. Esta es otra respuesta importante, para advertir salidas al atrapamiento.

 

¿Por qué tenemos tanta resistencia a los cambios de hábitos a pesar de conocer los beneficios del cambio y vivir el deterioro que me causan los viejos hábitos?

Yo diría que uno de los factores más importante (pero no el único) es el factor adictivo, los refinados producen adicción y dependencia[3]. Como el alcohólico que a pesar de saber que esa conducta está destruyendo su vida y su familia, sigue tomando.

 

¿Qué implica la respuesta: así soy, esa es mi costumbre, así lo hacemos nosotros?

Implica inmovilidad, resistencia al cambio y al movimiento, comodidad y falta de interés, quizás no me interesa el cambio, o no veo o no dispongo de alternativas reales al cambio, me siento atrapado y todo lo que tengo que hacer lo vivo como imposible, inaccesible, utópico, entonces me conformo y resigno a vivir “mi enfermedad y mi situación”

 

Para ampliar el tema: Dra. Patricia Aguirre – Antropología alimentaria[4].

 

Revisión psicológica y biológica de los mecanismos compensatorios y de defensa

 

Tres puntos de partida:

1. Detrás de las compulsiones en general hay mecanismos alterados o insuficientes de satisfacción y gratificación, los obesos comen lo mismo y sienten menos satisfacción[5]. ¿Necesito desarrollar la capacidad de satisfacerme con menos, con lo simple, bastarme, conectar para sentir?

 

2. Como todo hábito o forma de vida se comparte y se hereda, y no solo a través de ciertos genes vulnerables, sino a través de las conductas cotidianas: La obesidad es contagiosa socialmente hablando (Framingham)[6] ¿Quién me lo contagió? ¿A quién se lo estoy contagiando?

 

3. El estrés crónico aumenta la generación de grasa corporal, que se sintetiza a partir de carbohidratos (harinas, azúcares) y grasas de la dieta[7]. ¿Necesito aprender a manejar el estrés, dejar de exigirme tanto o salir de situaciones de peligro, quizás cuidarme, poner límites o decidir en función de lo que me ayuda?

 

Frente a un contexto agresivo o peligroso, frente a sistemas de comunicación poco claros y paradójicos (desconfirmación, inmadurez, riesgo, negligencia, desamparo, violencia o imposición), desarrollamos mecanismos de defensa del yo: control, negación, sobrecompensación, despersonalización, aislamiento o exclusión, narcisismo, represión, entre otros, estos mismos se evidencian en la obesidad y en otras enfermedades.

 

ž Analogías: me abrazo a mí mismo, me defiendo del otro, me reservo, cuido el tesoro, lo que puedo perder, y me enfermo de cuidarme y atesorar. Es común la retención, cosas que no digo, que no asumo, que no expreso. El universo es muy amplio, es imprescindible individualizar tratamientos

 

ž ¿Por qué la obesidad es conveniente desde el punto de vista psicológico? Ganancias secundarias e intenciones positivas. Comemos para cuidar, para dar amor y sentirnos amados, para demostrar riqueza, para obtener recompensa. ¿y tú?

 

ž Cuando la célula se siente agredida por los desechos ácidos y toxinas se defiende: retención de líquidos y síntesis de grasa celular[8]. ¿Cómo me defiendo? ¿me defiendo en exceso, tanto que me aíslo e insensibilizo (me desconecto, dejo de sentir, estoy indiferente o apático) y dejo de disfrutar o disfruto para no asumir?

 

ž Cuando el individuo frente a un contexto agresivo o peligroso no tiene recursos para hacerle frente y resolver el conflicto se defiende: no necesito de nadie, atesoro para cuando falte, la culpa la tienes tú, etc.

 

ž Anestesiados para soportar: Menos metionina – encefalina en cerebros de ratas al pasar de ser subordinados a dominantes[9], y con esto disminución del peso corporal. Relación del peso corporal con el poder y la subordinación, la victimes y el sufrimiento. ¿Mi obesidad o sobrepeso están en relación a una actitud de víctima, a una vida con penas y sufrimientos o una posición subordinada y poco digna? ¿Como para soportar? ¿Qué hago para salir de este círculo vicioso?

 

ž En palabras de la Terapista Física y Psicóloga Corporalista Miriam Chiaraviglio y mi madre:

“La grasa separa, le pone distancia al esqueleto de la piel, porque encontrarse con la realidad de la estructura más profunda (esqueleto), y como consecuencia de los “defectos” estructurales, significa hacerse cargo y resolver lo más difícil de mover (los huesos). El eje de la vida es la columna vertebral, y ahí están las deformidades más comunes y difíciles de revertir. Modificar esto significa un trabajo constante, sostenido, por lo general de por vida, y no es fácil tener éxito (cifosis, lordosis, escoliosis, rectificaciones, espinas bífidas, etc.) A los flacos, estas características estructurales se les ven tanto que es imposible negarlas, no darse cuenta o evadirlas. La grasa tapa estas situaciones. “No me veo ni me ven. Estoy genial!”

 

Al tapar los huesos también tapan y transforman el mal humor, el enojo, las broncas, la furia….por la sonrisa, “el gordito bueno y simpático”, todo está bien, son típicas las conversaciones superficiales, etc.

 

Algunos, aunque son gordos, son “mal llevados” siempre, como una constante…el alma no se deja tapar por la grasa. Por lo mismo, suelen tener MUCHOS amigos porque en realidad no tienen ninguno… no tienen vínculos profundos porque eso los enfrentaría con la estructura de la patología.

 

Todo lo anterior, -evadir profundizar, poniendo grasa entre la estructura genética y lo que se ve y me conecta al mundo (la piel)- tiene un tiempo de ser sostenido… Y después explotan o implotan. Tienen características bipolares; o se mueren, o necesitan una gran crisis de la vida para tocar fondo y hacer un cambio radical”

 

  • Patrones de resistencia y excusas que pone la gente[i]
  1. Uso mi problema de peso para castigarme, y para mostrarle al mundo que no soy bueno. Me aferro a la culpa porque es la forma en la que siempre he vivido, es a lo que estoy acostumbrado. No sé que haría si estuviera bien.
  2. Me gusta quejarme y sentir lástima de mi mismo. Eso me otorga la simpatía y la atención de mis padres y amigos. Perdería esto si pierdo peso.
  3. Estar excedido de peso es una excusa buena y segura para no tener éxito. El éxito y el poder son una amenaza. Tendría que renunciar a “no estar bien”. Si soy exitoso, la gente se pondría celosa y me rechazaría.
  4. Estar excedido de peso me protege de la intimidad sexual y la intimidad en las relaciones. Prueba que nadie me desea.
  5. La comida es sexo seguro. Es sensual, accesible y fácil.
  6. La comida es mi amiga. Es mi único amigo y la única cosa con la que puedo contar. Es el hogar al que quiero regresar.
  7. La comida me hace sentir conectado a la vida y al mundo.
  8. La comida es una adicción sin la que no puedo vivir. Es como un amante abusivo.
  9. Estar con sobrepeso es una manera de ser amado y aceptado por mis padres. Si tengo éxito y pierdo peso, les hará mal a ellos, que dijeron que yo no era bueno. Mi padre y mi madre fueron gordos y eso me haría diferente de ellos. Si renuncio a los dulces mi madre me rechazaría. Los dulces fueron la única forma de amor que recibí de mi madre. No quiero ser rechazado por mis padres.
  10. Estar excedido de peso prueba que la vida no funciona. Yo disfruto siendo odioso. No puedo abandonar mis resentimientos. Si me sintiera bien, no podría estar tan enojado como ahora.
  11. Es un pecado sentirme sexual y amar mi cuerpo.
  12. Si me pongo saludable, no tendría nada de que hablar o de que quejarme. Tengo miedo de sentirme demasiado bien. Me gusta preocuparme. Tengo temor a cambiar mi imagen propia.
  13. Comer me quita la soledad, la pena, el estrés y el dolor. Comer es una forma conveniente de tapar mis sentimientos.
  14. Comer en exceso y tener sobrepeso es una forma de insensibilizarme al dolor y la responsabilidad de la vida. Me permite “no crecer”.
  15. Me quiero morir. La vida es simplemente demasiado. No me quiero sentir energizado y vivo.
  16. Un montón de comida me insensibiliza respecto a la paz y la dicha de mi divinidad interior y mi relación con Dios. Mi luz interior y Dios me asustan. Es más seguro tomar un poco más de helado.

 

[i] Extraído del libro: Alimentación Consciente de Dr. Gabriel Cousens, MD. Editorial Epidauro, 2011, Pp. 47-48.

 

Revisión de alternativas nutritivas saludables y depurativas

Podemos convertir nuestra dieta en nuestra medicina, y asumirlo como una manera de trascender mis cárceles o impedimentos para una vida más plena, libre, creativa y realizada.

Propuestas

1. Definir y comprometerme con un propósito de vida… ¿para qué vivo y para qué me interesa bajar de peso y sentirme mejor?

2. Comer más frutas y verduras de preferencia crudas y de estación. Alimentación Viva[10]

3. Comer semillas activadas (remojadas previamente toda la noche) y germinados.

4. Evitar refinados y alimentos industrializados

5. Evitar exceso de alimentos cocidos o frituras.

6. Evitar lácteos y productos de origen animal (o reducir su consumo)[11]

7. Realizar ejercicios que me ayuden a reducir el estrés y la ansiedad, a trascender la depresión y la tristeza y a gastar energía.

8. Realizar actividades meditativas para aprender a manejar el estrés, a relajarme, a soltar y confiar[12]

9. Realizar procesos depurativos[13], para darle al cuerpo (a sus células) la oportunidad real de dejar de defenderse de los irritantes y toxinas a través de la acumulación de grasas y líquidos.

10. No recomiendo dietas hambrientas[14] o pasar por procesos de “sacrificio extremo” sin consciencia ni contención especializada para no generar “rebotes” y mayor frustración y resignaciones que se sumen a las viejas listas.

 

La visión: un cambio de consciencia individual y social, para poder cambiar hábitos y actitudes, y sanar adicciones; una apropiación del poder y la libertad, para Ser Quienes Elegimos Ser.

 

¿Por qué aunque “no como” sigo aumentando de peso o no puedo bajar?

¿Por qué las dietas no me funcionan?

 

Es importante el gasto energético, la actividad física programada (gimnasio, caminatas, deportes, yoga) y no programada (moverme en lo cotidiano, ir a la tienda caminando, utilizar las escaleras en vez del elevador, activarme físicamente durante mi día)… ¿ya lo consideraste? ¿qué tan inmóvil e inactivo sobrevivo?

 

Es relevante como impedimento el estrés crónico, las defensas psicológicas, la necesidad de pertenencia a mi grupo, la falta de compromiso con mi vida y con lo que quiero para mí, la falta de confianza y de autoestima, quiero ser como los demás me piden y mientras más me exijo, más estrés vivo, y más estancado me siento. ¿Lo consideraste? ¿Te has preguntado si es tiempo de hacer cosas concretas para resolverlo? como terapias individuales y grupales, talleres de crecimiento personal, etc.

 

Existen disposiciones genéticas que antes eran un beneficio biológico y hoy son un supuesto inconveniente. En la historia evolutiva de la humanidad los cuerpos que podían generar depósitos o reservas eran los que sobrevivían por los períodos de escases y abundancia. Hoy día, con esos mismo genes que saben ahorrar, tenemos una pandemia de obesidad y diabetes.

 

Nuestros cuerpos paleolíticos eran magros, altos y flacos. Luego los flacos eran los

pobres, y los ricos los gordos (por el acceso a los cereales y otros alimentos), y ahora en relación a lo más barato y calórico, los pobres son gordos y los ricos flacos[15]

 

Es importante facilitar la capacidad corporal para depurar sustancias tóxicas y ácidas del cuerpo – la defensa biológica -, y eso se puede favorecer a través de un proceso depurativo y de una dieta alcalina[16], además de la elaboración de las defensas psicológicas. ¿Lo consideraste?

 

¿Consideraste la posibilidad de acudir con un médico para descartar algún otro problema metabólico u hormonal (como hipotiroidismo, enfermedad de cushing, síndrome del paciente obeso metabólicamente sano, etc.)? ¿Consideraste además apoyarte de técnicas complementarias como la acupuntura[17], el biomagnetismo, las plantas medicinales, etc.?

 

Desde un profundo y sentido proceso personal donde sigo aprendiendo a soltar las defensas y ocuparme de mis carencias, y para honrar la muerte y la vida de mi abuela Regina, mi abuela Bety y mi padre, todos obesos y con una herencia en estrecha relación, porque quiero aportar un rumbo distinto y lleno de esperanza, en cambio a la cotidianidad con dolores y restricciones que ellos vivieron por su enfermedad.

 

Dr. Gabriel Oscar Bertona Chiaraviglio

El Síntoma y su función IV – Octubre 2014

 


[1] “The Spread of Obesity in a Large Social Network over 32 Years” Nicholas A. Christakis, M.D., Ph.D., M.P.H., and James H. Fowler, Ph.D. N Engl J Med 2007; 357:370-379 July 26, 2007

Texto completo: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMsa066082#t=articleTop

Texto relacionado en español: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=61641

[2] Antropóloga Patricia Aguirre: ¿Qué Puede Decirnos una Antropóloga sobre Alimentación?. Hablando sobre Gustos, Cuerpos, Mercados y Genes. https://www.fac.org.ar/qcvc/llave/c027e/aguirrep.php

[3] Alejandro Vasquez Echeverria. https://www.itinerario.psico.edu.uy/revista%20anterior/Estudiodelateoriadelaadiccionaloscarbohidratos.htm

[4] Idem 2

[5] Dra. Mónica Katz: más placer, menos kilos. https://www.dramonicakatz.com.ar/index.php

[6] Idem 1.

[7] Idem 5.

[8] Dr. Alberto Martí Bosch: alternativas depurativas para el cáncer y otras enfermedades. https://www.youtube.com/watch?v=R33xhKQWwtE

[9] Dr. José Luis Díaz: conducta social. https://www.joseluisdiaz.org/wp-content/uploads/2011/05/CN-ConductaSocial.pdf

[10] TN Nestor Palmetti: Alimentación viva. https://www.kier.com.ar/libros.php?id_libro=2215

[11] “La verdad sobre la carne” https://www.youtube.com/watch?v=fVsqvHyK_x0

[12] Meditación y salud https://www.doctornews.org/la-meditacion-beneficia-y-cambia-las-estructuras-cerebrales-en-8-semanas/

[13] Espacio depurativo: www.espaciodepurativo.com.ar

[14] Idem 5.

[15] Idem 2.

[16] https://www.espaciodepurativo.com.ar/depuracion_corporal.php

[17] Dra. María del Carmen García Cardona: Efecto de la acupuntura en el tratamiento de la obesidad. https://tesis.ipn.mx/xmlui/handle/123456789/7964